Hay momentos en la vida en donde tenemos que retomar la visión esperanzadora de la realizad. Visión esperanzadora es mas que la "visión real" que delimitamos en las noticias y medios de comunicación.
Visión esperanzadora quiere decir que Dios puede intervenir esa realidad y transformarla.
Hoy que vivimos en nuestra juventud mexicana momentos desesperanzadores, con masacres anónimas y condenadas, con jóvenes obligados y torturados, con adolescentes violentados por todos los frentes, por bocas censuradas incluso en la intención...
Es tiempo de mirar con esperanza la realidad. Dios quiere, Dios puede y Dios saber intervenir la historia.
Hoy mas que la hora de la angustia y el dolor, la violencia y la desolación, es la hora de la esperanza. La hora de lanzar la red, aunque en estas últimas décadas no hayamos pescado nada.
Y si obramos con esperanza, el milagro se realizara ilimitadamente. Veremos que nuestra constancia en el cumplimiento del deber dará fruto. Que nuestras oraciones alcanzarán la conversión de muchos, y que nuestra fe, si nuestra fe, será el puente entre lo posible y lo imposible.
Gran misión de nosotros los católicos: poner esperanza donde no la hay. La esperanza es el principio de la solución y el final de la realización. Es la garantía de que Dios intervendrá en todas esas realidades de donde lo hemos extirpado.
Es la hora de la esperanza.