25 de junio de 2012

Junio. Mes del culto al Corazon de Jesús.

La revelación de amor.

El 16 de junio de 1675, Santa Margarita está ante el Santísimo Sacramento expuesto. De la blanca Hostia se destaca radiante Nuestro Señor Jesucristo. Le descubre su divino Corazón, y le dice con acento insinuante y con un gesto amoroso: “He aquí este Corazón que tanto ha amado a los hombres; que nada ha perdonado hasta agotarse y consumirse para demostrarles su amor, y que no recibe en reconocimiento, de la mayor parte, sino ingratitud, ya por sus irreverencias y sacrilegios, ya por la frialdad y desprecio con que me tratan en este Sacramento de amor. Pero lo que me es aún mucho más sensible, es que son corazones que me están consagrados los que así me tratan. Por esto te pido que se dedique el Primer Viernes de mes, después de la octava del Santísimo Sacramento, a una fiesta particular para honrar mi Corazón, comulgando ese día y reparando su honor con un acto público de desagravio, a fin de expiar las injurias que ha recibido durante el tiempo que he estado expuesto en los altares. Te prometo, además, que mi Corazón se dilatará para derramar con abundancia las influencias de su divino amor sobre los que den este honor y los que procuren le sea tributado”

Los nueve primeros viernes de mes
Esta práctica de los nueve primeros viernes de mes contribuyó notablemente a restablecer la frecuencia de los sacramentos de la Penitencia y de la Eucaristía y, en nuestro días, produce inmenso fruto espiritual en las almas que la llevan a cabo con el propósito de llevar una vida conforme al Evangelio. Las promesas que van unidas a ella, resumen la solución a nuestras necesidades, deseos y aspiraciones tanto espirituales como materiales. Fruto de la misericordia, el Salvador promete la paz en las familias, el consuelo en las penas, la bendición de las empresas y la gracia de recibir los sacramentos antes de la muerte.

15 de septiembre de 2011

¡MEXICO CREO EN TI!

Este es nuestro grito. Esta nuestra convicción. Esta nuestra inspiración. Creo  inquebrantablemente de que puedes ser un Patria Mejor.

Creo en que nuestro México puede dejar  de ir cojeando para correr de frente. Dejar de mirar hacia el suelo, para mirar hacia el cielo. Dejar de mirar al pasado, para proyectar su futuro.

Creo en el México de los ciudadanos conscientes y dispuestos a comprometerse en causas para la transformación social y la justicia. Y no de los héroes muertos que nos atan a los vicios de la historia.

Creo en el país donde los ciudadanos conformistas dejen de generar ciudadanos mediocres y se pase a asumir responsabilidades ciudadanas compartidas.

Creo en el País donde haya más posibilidades de estudiar  para nuestra juventud, en todos los niveles, que de ingresar a las filas del crimen organizado o al sub empleo.

Creo en la Patria donde eliminemos la “fracasomanía persistente” de que los buenos sucumben, y pasemos a la esperanza de realizaciones eficaces.

Creo en el México en el que se pase de la conformidad cortés a la indignación permanente. No podemos seguir indiferentes cuando mas de 50,000 mexicanos han muerto en un fuego cruzado de  mafias criminales. Donde solo un 8% de los estudiantes de primaria tienen la posibilidad de estudiar una carrera profesional.

El País que pase de ofrecer vida a los niños en lugar de muerte, según la OCDE del 2006 al 2008 se registraron 23,000 Homicidios de niños y niñas de cero a diecisiete años de Edad.  El país que proteja, defienda y  promueva la vida.

Creo en la Patria que no necesita poner narco-corridos en el corazón de los mexicanos, y  ¡Si! En la Patria que ponga armonias de ideales sublimes como la libertad, la honestidad y la tolerancia.

El país en el que que mas allá… de la corrupción no combatida, la impunidad tolerada,la sociedad no movilizada y la población no educada  pase a vivir la cultura de la legalidad y la civilización del Amor.

El país en el que la cultura de la vida y el respeto a las instituciones naturales como la familia, sean defendidos y protegidos, mas que, atacados sistemáticamente por políticos y gobiernos.

El país donde la libertad deje de estar secuestrada y sea liberada, donde la justicia deje de estar ajusticiada y sea lo que debe ser.

El país donde en lugar de las plazas solas y abandonadas, de calles llenas de miedo y terror, pasemos al país de las plazas llenas de familias, y calles llenas de fraternidad y amistad. El país donde el amor reine por encima del odio y los deseos de venganza.

¡Viva México!, el Mexico que libera secuestrados y sentencia delincuentes.
¡Viva México!  el México que da independencia a la libertad y a la paz.
¡Viva el México! No el del caos y la hecatombe, no el de la guerra y la violencia, No.
¡Viva el México que todos llevamos en el corazón!

28 de julio de 2011

EL CÍRCULO DE LA VIOLENCIA

Un importante empresario gritó al director de su empresa, porque estaba enojado en ese momento.
 
El director llegó a su casa y gritó a su esposa, acusándola de que estaba gastando demasiado, porque había un abundante almuerzo en la mesa. Su esposa gritó a la empleada porque rompió un plato.
 
La empleada dio un puntapié al perro porque la hizo tropezar.
 
El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por la vereda, porque estaba obstaculizando su salida por la puerta.
 
Esa señora fue al hospital para ponerse la vacuna y que le curaran la herida, y gritó al joven médico, porque le dolió la vacuna al ser aplicada.
 
El joven médico llegó a su casa y gritó a su madre, porque la comida no era de su agrado.
 
Su madre, tolerante, con un manantial de amor y perdón, acarició sus cabellos diciéndole:
"Hijo querido, prometo que mañana haré tu comida favorita.  Tú trabajas mucho, estás cansado y necesitas una buena noche de sueño.  Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias, para que puedas descansar en paz.  Mañana te sentirás mejor".
 
Bendijo a su hijo y abandonó la habitación, dejándolo solo con sus pensamientos...
 
En ese momento, se interrumpió el círculo del odio, porque chocó con la tolerancia, la dulzura, el perdón y el amor.

28 de abril de 2011

Iluminate: Pascua Juvenil Joco 2011.

Durante el Triduo Pascual, en la Parroquia del Señor del Monte, se llevó a cabo la pascua Juvenil .

¡Qué es Pascua juvenil? Con este nombre la Iglesia se refiere al   paso de este mundo a la eternidad que Jesús nos comparte con su muerte y resurrección. Este acontecimiento, abre las puertas para que todos pasemos del pecado a la gracia.   Del dolor al amor. De estar lejos de Dios, a estar cerca.  La pascua de Jesús la hacemos nuestra.

Y es bajo el signo de la Cruz que se da  esta transformación que ilumina la vida. Solo con Jesús en el corazón podemos retomar el sentido de vivir. Pero solo iluminándonos con su verdad podemos encender el corazón en un nuevo amor.

Durante estos 3 días los jóvenes oraron, cantaron, aprendieron, conocieron, convivieron y muchas cosas más.  Cinco temas  kerigmáticos  desfilaron por sus mentes: Amor de Dios, Pecado, Salvación, Emaús y las 7 imágenes de la Palabra.  Suficientes para encender un arcoíris de fe en sus almas.
Al principio,  durante la convocatoria, parecía que no habría respuesta. Posteriormente ya durante el proceso de propaganda fuimos descubriendo una excelente disposición de acercarse a Dios  en la juventud. El día jueves que inició el evento todo se transformó teníamos a casi 400 jóvenes compartiendo ya la  Pascua Juvenil.

El Viernes Santo los jóvenes aprendieron el valor de la salvación. Un viacrucis matutino encendió en muchos la conciencia del Amor que Dios nos tiene. Por la tarde participaron en la representación de la Pasión de Jesús y finalmente la silenciosa marcha con velas encendidas por todo el pueblo para acompañar a La Virgen en su dolor. Fue notable el respeto de  los jóvenes y la expectación de muchos con caras sorprendidas al ver a otros cargando la cruz en silencio.

El tsunami de fe estaba lanzado, amaneció el sábado y los animos estaban ya bien dispuestos a asumir todos los riesgos hasta la resurrección.  La oración matutina nos abrió los ojos a la fe, a la esperanza y caridad. Sabiamos que resucitaría.   La espera  paso por un frustado raly por las altas temperaturas y 3 jovenes en el hospital con golpe de calor. Pero no nos dejamos vencer. La noche nos esperaba con velas encendidas en la Plaza de la Calabaza. Nuevamente la fe juvenil estremeció los sepulcros de muchos alejados de Dios.

El fuego nuevo se encendió  a las 9 de la Noche y comenzó la procesión de fuego hacia el Lugar donde se celebraría la Vigilia Pascual.  El barrio de la Purísima fue testigo. Jovenes, Luces, velas y esperanzas se fundieron para abrir la tumba con el pregon pascual. Los jóvenes participaron en la Vigilia cantando, leyendo, orando, escuchando y a algunos llorando.

El Señor había resucitado ye escuchábamos los evangelios históricos que atestiguaban el hecho. Dios iniciaba unan  nueva historia en nuestras vidas con este acontecimiento. En nuestra parroquia se abría una nueva esperanza de ir a los jóvenes.  Nuestro corazón se iluminó con la compañía del Cristo Vivo que encontramos.
Ahora nos queda una tarea. Conjugar ese efecto maravilloso que sentimos en el corazón. Iluminar. Tu iluminas, nosotros iluminamos, ellos iluminan, todos… todos… damos testimonio de que Cristo vive para siempre en nuestro corazón:¡Resucitó!.

17 de abril de 2011

DOMINGO DE RAMOS : AL ENCUENTRO DEL SEÑOR.


La Iglesia nos exhorta en estas lecturas a amar la Pasión del Señor, a gustar el dolor. La cruz ha desempeñado un papel esencial en la misión salvífica de Cristo. Por ella Jesús “entró en su gloria” . Luego no nos debe asombrar de que la ley de la cruz se aplique también a nuestra vida. Al hombre inmerso en el sufrimiento y en la muerte hay que recordarle que Cristo enseñó y vivió una verdad: la cruz es necesaria a nuestra vida. Y es necesaria cuando se convierte en camino de luz que conduce a la victoria del amor.

El Hijo de Dios, que asumió el sufrimiento de todo hombre, es un modelo divino para todos los que sufren. El Verbo encarnado sufrió según el designio del padre también para que pudiésemos “seguir sus huellas” (1 P 2, 21). Sufrió y nos enseñó a sufrir: “Fue oprimido, él se humilló y no abrió la boca” (Is 53, 7). Todos estamos llamados a reflejar en nuestras vidas este abajamiento de Cristo, para compartir con Él la alegría de la Resurrección. Es imposible salvarse a menos que “supla en mi carne lo que falta a las tribulaciones de Cristo” (Col 1, 24).
Lo que más destaca en la pasión y muerte de Cristo es su perfecta conformidad con la voluntad del Padre. Por eso San Pablo dice de Cristo que se “hizo obediente hasta la muerte y muerte de cruz” (Flp 2, 8). Con esta obediencia, Cristo llega a los abismos de su humillación: «siendo de condición divina no retuvo ávidamente el ser igual a Dios, sino que se despojó de sí mismo» (Flp 2, 6-7). La cruz significa desprendimiento, renuncia a toda clase de bienes corporales y corruptibles, como son honores, riquezas, placeres, comodidades. Porque “el que ama su alma, la pierde; pero el que aborrece su alma en este mundo, la guardará para la vida eterna” (Jn 12, 25). La puerta del cielo permanece cerrada para el que ama el mundo desordenadamente. Se pierde para la vida eterna. Por eso, hay que morir para vivir. El que vive mundanamente se dispone a morir eternamente. Se gana para el fuego eterno del infierno. Por el contrario, “el que aborrece su alma en este mundo”, negándole lo que el mundo aprecia, el apego a estos bienes pasajeros y engañosos, y abrazándose con el sufrimiento, con la cruz de cada día, luchando contra sus concupiscencias, “la guardará para la vida eterna” (Jn 12, 25). Cristo murió para dar fruto de vida eterna. Por eso todo aquel que se desprende de sus bienes y se abre a la necesidad de su hermano por amor a Cristo, “llevará mucho fruto” (Jn 12, 24).
Para esto es necesario tener una actitud interior de disponibilidad, de acogida al sufrimiento. Cristo en vida y en muerte se ofreció a Sí mismo al Padre en plenitud de obediencia. “No sea lo que yo quiero sino lo que quieras Tú” (Mc 14, 36). Sufrimiento y muerte son la manifestación definitiva de la obediencia total del Hijo al Padre. Por esta obediencia, Jesús llevó al extremo la manifestación del amor divino hacia los hombres: “Despreciable y desecho de hombre, varón de dolores y sabedor de dolencias” (Is 53, 3). Haciéndose “varón de dolores” Jesús mostró toda la verdad contenida en aquellas palabreas: “Nadie tiene mayor amor, que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15, 13). El sufrimiento y la muerte se han convertido, con Cristo, en invitación, estímulo y vocación a un amor más generoso. Debemos saber santificar el dolor reflejando en nosotros mismos el rostro llagado de Cristo. Sólo así nos asociaremos a su oblación redentora y conseguiremos salvar muchas almas para el cielo.


31 de marzo de 2011

Cuaresma tiempo de penitencia.

Tiempo de Cuaresma. Tiempo de penitencia, comprendido desde el Miércoles de Ceniza hasta la Misa de la Cena del Señor exclusive (el Jueves Santo). Está ordenado a la preparación de la Pascua.

La Iglesia nos invita a cruzar el desierto como el antiguo Pueblo de la Alianza, que llevó a cabo su éxodo de la esclavitud de Egipto hacia la libertad de la tierra prometida. Se trata de la prefiguración de un éxodo mucho más profundo y definitivo, en orden a una alianza nueva y eterna realizada en el misterio pascual.

Nuestro éxodo es salida (= desprendimiento) del mundo y su criterio que nos esclaviza en la realidad del pecado para entrar en la libertad de una vida de espíritu, la preconizada por el Evangelio, que nos constituye, por la realidad de la gracia, en hijos de Dios.

La Iglesia, como Madre y Maestra, pone ante nuestros ojos en este «tiempo fuerte» del Año Litúrgico, tiempo de gracia, tres compromisos: el ayuno o penitencia, la caridad o limosna, y la oración. Vamos a detenernos en la primera.

Tiempo de penitencia

Las privaciones voluntarias (ayuno y abstinencia, etc.) nos ayudan a buscar una conversión más perfecta. La penitencia del Tiempo Cuaresmal no debe ser sólo interna e individual, sino también externa y social, por lo que los Obispos de cada región pueden adaptar y encomendar a todos los fieles estas prácticas comunitarias que han de estimular a otras más personales (SC., nº 110 y 22): p. ej. abstenerse del alcohol, del tabaco, etc.

Con el ayuno o penitencia nos apartamos de las tentaciones, y de la esclavitud de la abundancia, para liberar nuestro corazón.

La penitencia es muy conveniente para dominar el cuerpo, luchar contra uno de los enemigos del alma: la carne. Es la práctica común de todos los santos. Un cuerpo mortificado es mucho más dócil al alma. El ser mortificado fortalece la voluntad y enriquece espiritualmente.

Es la enseñanza de Cristo. Las lecturas de la Liturgia nos invitan a la penitencia: «Días vendrán en que les será arrebatado el novio; entonces ayunarán» (Mt. 9 15).

28 de marzo de 2011

ROGATIVAS PARA TIEMPOS VIOLENTOS EN MEXICO


Ì Santa Pascuala, líbrame de una bala.
Ì San Timoteo, que no me encuentre en un tiroteo.
Ì Santa Antonieta, que no me quiten mi camioneta.
Ì San Andrés, líbrame del secuestro exprés.
Ì San Abulón, líbrame del levantón.
Ì San Agustín Caloca, que no me rompan la boca
Ì San Macario, que no me persiga el sicario.
Ì Santa Enriqueta, líbrame de los zetas.
Ì Santa Edelmira, que no me tengan en la mira.
Ì Santa Librada, que no me explote la granada.
Ì Santa Ernestina, que no me entierren en fosa clandestina.
Ì Santa Lucía, ayuda a la policía.
Ì Santa Prudencia, que se acabe la delincuencia.
Ì Santa Teresita, que respeten mi casita.
Ì Santa Emilia, protege mi familia.
Ì San Luis, que me dejen ser feliz.
                                                                                       A M E N.


19 de noviembre de 2010

¡Cristo: Tú nos haces falta!

Es conmovedora la descripción de la inmoralidad de la vida actual. Todos se odian, todos roban; egoísmo, podredumbre, sangre por doquiera. Por todas partes la idolatría: se adora al ídolo de la violencia, del dinero y del dinero y de la inmoralidad. Muerte, lucha desesperación en el mundo…

Hoy mas que nunca con Papini deberíamos rezar:

¡Señor!, si Tú no fueras más que el Dios justo, no nos escucharías, porque todo el mal que han podido cometer los hombres contra Ti, lo hicieron: Judas te vendió millones de veces, y otras tantas te besó, te vendió, y no por treinta monedas de plata; te besó, y no una sola vez.

¡Cuántos fariseos han gritado ya durante dos mil años: No queremos a Cristo! ¡Fuera Cristo! ¡Cuántas veces, por dinero, por un puesto que querían alcanzar, te azotaron hasta hacerte derramar sangre!

 ¡Cuántas veces te hemos crucificado con nuestros deseos, con nuestros pensamientos, con nuestras acciones! ¡Cuántas, pero cuántas veces, oh Dios misericordioso!

Hemos desterrado a Cristo porque era demasiado puro para nosotros. ¡Le dimos la espalda porque era demasiado santo apara nosotros! ¡Le hemos crucificado, le hemos condenado, porque su rectitud condenaba nuestra vida pecaminosa!

¿Y ahora?

Ahora, cuando hemos llegado ya a la descomposición, ahora vemos, ahora sentimos la falta que nos hace. Sentimos nostalgia de verdad y de rectitud.

¡Cristo!, ¡nuestro único mal es éste: Tú nos haces falta!

El que tiene hambre, desea pan… Pero eres Tú quien le haces falta.
El que tiene sed, implora bebida… ¡Esta sediento de Ti!
El enfermo suspira por salud… ¡Te necesita a ti!
El que busca lo bello en el mundo, sin saberlo siquiera…, te busca a Ti, Hermosura eterna.
El que busca la verdad, no lo sabe, pero te busca a Ti, Verdad eterna.
El que desea la paz, está sediento de Ti, el único en quien puede encontrar su tranquilidad el corazón turbado.

¡Cómo te espera nuestra alma! ¡Ven! ¡Señor! ¡Jesús!

¡Ven…, Señor… Jesús!...

¡Ven Cristo Rey y reina ya!

31 de julio de 2010

Quiero ser muy rico. ¿Rico? ¡Rico! ¡pero en amor!.



Primera Lectura: Eclesiastés 1,2 – 2,21-23

La elocuencia de este Libro sagrado, con su aparente pesimismo, es remedio poderoso para quitarnos la venda que coloca, en nuestra inteligencia oscurecida por el pecado, “el padre de la mentira” (Jn. 8,44) quien pretende escondernos las verdaderas bienaventuranzas.
“... Vanidad de vanidades; todo es vanidad” (vers. 2 ). “... Hay muchas falsas apariencias que engañan a los que no están alerta. Hemos de inclinarnos, pues, diariamente delante de este verso; es menester que en las comidas y en las reuniones cada uno diga al que tenga al lado: Vanidad de vanidades, y todo es vanidad” (San Juan Crisóstomo). El versículo 14 nos dice que “...todo es vanidad y correr tras el viento”. Es una vívida imagen del esfuerzo inútil. ¡Qué favor nos hace el sabio al revelarnos su experiencia para ahorrarnos igual desengaño! Desengaño, agobio, tristeza son los frutos propios de una vida al margen de Dios y sumergida en las realidades pasajeras de este mundo.

Segunda lectura: Colosenses 3, 1-5. 9-11

San Pablo nos dice este domingo que por el Bautismo estamos ya muertos al mundo. Pero todavía no podemos salir de él. Necesitamos librarnos de todo aquello que se opone al orden sobrenatural: impurezas, pasiones, etc. Por eso San Agustín nos exhorta a clavar nuestra mirada en las cosas de arriba: “Preceda el corazón al cuerpo. Los corazones, allá arriba”.
Todos podemos acercarnos a Dios. Pero es necesario renacer a la vida de la gracia, porque el pecado ha manchado nuestra alma. El que ha nacido de nuevo, dice San Juan, no peca más porque ha nacido de Dios y la semilla divina permanece en él. Por medio de la gracia sembrada en nuestras almas somos más capaces de un conocimiento sobrenatural de Dios. Aquí se encuentra la doctrina central de la Epístola. El “hombre viejo” únicamente se renueva por este conocimiento de Dios. El gusto por todo lo de Dios nos llevará definitivamente a la conversión total. ¡Es necesario pensar en las cosas de arriba y evitar todo aquello que pueda perjudicar la realización del hombre nuevo!  

Lucas 12,13-21
El tema central de la parábola es la ceguera del hombre ante las riquezas. La ambición de poder y de dinero es el gran motor que arrastra a un número grande de personas a pecar. Esta pasión no se detiene ante nada, ni nadie; ni siquiera ante el mismo Hijo de Dios, vendido en treinta monedas por uno de sus discípulos. De ahí que el Apóstol San Pablo, en su primera Carta a Timoteo, nos previene contra el apetito de enriquecerse, porque es una trampa muy peligrosa : “Porque los que quieren ser ricos caen en la tentación y en el lazo (del diablo) y en muchas codicias necias y peligrosas, que precipitan a los hombres en ruina y perdición. Pues raíz de todos los males es el amor al dinero...” ( I Tim. 6, 9-10 ).
Jesús quiere desengañar a aquellos que ponen la seguridad de su vida en la acumulación de bienes materiales: “Guardaos bien de toda avaricia; que, aunque uno esté en la abundancia, no tiene asegurada la vida con sus riquezas” (vers. 15). El hombre rico de la parábola se sentía seguro por su gran cosecha: “... Alma mía, tienes cuantiosos bienes en reserva para un gran número de años; reposa, come, bebe, haz fiesta” (vers. 19 ). Cálculo totalmente desacertado el de este individuo al olvidar algo fundamental: Dios es el Dueño de la vida. La prolongación de mi existencia en el mundo está en las manos de Dios. Mis posesiones económicas, por muy cuantiosas que sean, no pueden añadirme ni un segundo de vida. “¡Insensato, esta misma noche morirás!; ¿ para quién será lo que has acaparado? ” (vers. 20). En el momento más inesperado Dios me pedirá cuenta de los años que me ha prestado ¿Cómo le responderé?
Es de capital importancia para todo cristiano trazar un firme y sólido programa en su vida. El gran acierto consiste, no en poner el corazón en la vanidades de este mundo efímero y pasajero, sino en ser rico a los ojos de Dios. “No amontonéis tesoros en la tierra, donde polilla y herrumbre los destruyen, y donde los ladrones horadan los muros y roban. Amontonad tesoros en el cielo, donde ni polilla ni herrumbre destruyen, y donde ladrones no horadan ni roban .” ( Mt. 6,19-20).

Propósito: Esta semana desprenderme de algún bien que estime mucho y regalarlo a los pobres.