24 de septiembre de 2008

A propósito de la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes.


Tengo una sola madre en la tierra:

Maria Desolada.

No tengo otra madre fuera de ella.

En ella está toda la Iglesia para la eternidad,

Y toda su obra en la unidad.

En su designio el mío.

Iré por el mundo reviviéndola.

Toda separación será mía.

Todo despego del bien que he hecho,

Una aportación para edificar a María.

En su Stabat, mi “estar”.

En su Stabat, mi “ir”.

Hortus conclusus

y fuente sellada;

cultivaré sus virtudes más amadas

para que sobre mi nada silenciosa

resplandezca la Sabiduría de Ella.

Y que muchos, todos sus hijos predilectos,

Los más necesitados de su misericordia,

Tengan por doquier su maternal presencia

En otra pequeña María.

21 de septiembre de 2008

¿Qué es el relativismo?


El relativismo no es una negación, sino una corrupción de la verdad. Para el relativismo las verdades no son válidas para todos ni para todos los tiempos. No hay nada absoluto en la ciencia humana. Las verdades son variables. Hoy una cosa es verdadera y mañana podría no serlo. Lo que es verdad para un entendimiento, puede no serlo para otro. Incluso algunos han llegado a pensar que “en otros mundos de hábitos mentales diferentes de los nuestros, dos y dos, podrían sumar cinco” (Suart Mill). El relativismo es una enfermedad de la razón y una putrefacción de la verdad.

En la mayoría de nuestros jovenes lo único absoluto que hay es que todo es relativo. Sin comentarios.

20 de septiembre de 2008

HIZO EXTRAORDINARIAMENTE LO ORDINARIO

SANTA GIANNA BERETA

Nació en Magenta (Italia) el 4 de octubre de 1922. Sus padres fueron fervientes cristianos y tuvieron trece hijos, de los cuales murieron cinco a edad prematura y tres se consagraron a Dios: uno como sacerdote diocesano, otro misionero capuchino y una religiosa canosiana. El jefe de familia fue un gran modelo para sus hijos, especialmente sobresalía su piedad eucarística. Acudía diariamente al Santo Sacrificio con una profunda reverencia. Gianna, contagiada del fervor de su padre, tras realizar su primera comunión, con sólo 5 años, no dejó ya de acompañarle a la Santa Misa todos los días.

Pasados los años Gianna se convirtió en una jovencita admirable: Compaginaba su vida de piedad con el amor a la música, a la pintura y a la naturaleza.

En 1937 su familia se trasladó a Quinto al Mare, cerca de Génova. Allí comenzó a frecuentar la Acción Católica, grupo al que pertenecería toda su vida.

A los 16 años realizó unos ejercicios espirituales que marcaron felizmente el destino de su existencia y le encauzaron por los rieles de la santidad. Su instintivo horror al pecado la llevó a tomar la firme resolución de morir antes que ofender gravemente al Señor.

A lo largo de su vida no le faltarían las ocasiones para demostrarlo. Primero tuvo que interrumpir sus estudios a causa de su mala salud y después, con sólo 20 años, perdió a su padre y a su madre, que eran su gran sostén.

Gianna tuvo que vivir un tiempo con sus hermanos. Después se matriculó en la facultad de Medicina, primero en Milán y luego en Pavía. Tras finalizar felizmente la carrera, y debido a su amor por los niños, se especializó en la rama de pediatría.

Mientras, su espiritualidad se enriquecía notablemente. Además de asistir diariamente a la Santa Misa, también consolidó las visitas al Santísimo, la meditación y el Santo Rosario. Esta vida interior se refleja al exterior mediante las obras: cada vez se comprometía más en el apostolado. Veía en el amor al prójimo la mejor forma de amar a Dios. No sólo se conformaba con amar a sus semejantes, sino que buscaba con ahínco que estos amasen a Dios.

Dentro de la Acción Católica tomó parte en las Conferencias de las Damas de San Vicente y en la Federación de Universitarios Católicos.

En esa época consiguió un gran equilibrio interior y empezó a irradiar hacia fuera un rostro sereno, una sonrisa dulce y una gran paz en el alma.

Durante un tiempo pensó que su vocación podía hallarse en el mundo misionero, hasta que comprendió que Dios le marcaba otra senda: la del matrimonio.

En 1955 se casó con el empresario Pietro Molla, perteneciente también a la Acción Católica y laico comprometido en la parroquia de Mesero.

Ambos se prepararon con tres días de oración antes de recibir el sacramento del matrimonio. Su sueño fue tener muchos hijos para la gloria de Dios. Tras tener sus tres primeros retoños sin problemas, en el cuarto embarazo se le detectó un tumor en el útero.

Se hizo operar pero pidió expresamente que no pusiesen en peligro la vida que llevaba en el vientre, consciente de que con esta medida no se erradicaría por completo el tumor. Por fin el 21 de abril de 1962 nació su hija, a la que bautizaron poco después con el nombre de Gianna Emanuela. Salvar la vida de la criatura tuvo un precio muy caro: la vida de la madre, que ella ofreció voluntariamente por salvar a su hija. El cáncer se había extendido rápidamente durante los nueve meses de embarazo, por lo que Gianna falleció el 28 de abril con agudos dolores.

Ejemplo de mujer, de laica, de esposa y madre de familia, siempre abierta a la vida, S.S. Juan Pablo II la canonizó en mayo del 2004. Su fiesta se celebra el 28 de abril.

 

19 de septiembre de 2008

Jovenes Catolicos Hoy


“Hay, en este tiempo, católicos sedientos, pero tienen miedo de pedir de beber, no sea que el Señor les invite a beber de su cáliz.  Sienten frío, pero recelan acercarse a el fuego del pecho de Cristo, no sea que la llamas iluminen al mismo tiempo que purifiquen. Saben que están encerrados en su propia mediocridad, pero andan temerosos de su resurrección a la novedad de un vivir mas elevado le obligue a ostentar cicatrices de lucha. Tiene miedo de que el señor les tome de la mano y les conquiste del todo.No están lejos del Reino.  Sienten el deseo. Pero les falta decisión...” 

Es una cita íntegra de Monseñor Fulton Sheen, apostol de la juventud y de los medios de comunicación.  Creo que ha puesto el dedo en la llaga. Miedo. Ese es el gran cancer de nuestro tiempo en los católico. Miedo al que dirán, o al que no dirán. Miedo a desiciones definitivas y compromisos perdurables. Miedo a dar el salto de fé que nos puede dar la felicidad no solo temporal sino eterna. 

Miedo maldito que no puede amordazar a las generaciones jovenes, pues arribarian a la edad madura con el cartel de condena una vez mas, condena de cobardes y conformistas con los tiempos.  

Cuando las cosas van mal en las generaciones presentes, la Iglesia ve  con esperanza las generaciones futuras. Los jovenes son la esperanza de que un mañana puede ser efectivamente mejor, y de que desde su juventud lo vienen tranformando. Esperanza, no solo en que las cosas pueden ser mejores sino en que las estámos haciendo mejores con la ayuda de Dios. Joven, Cristo tiene puesta la mirada en tí.

¿Qué es Amar?

Entre los hombres, todo habla de amor, grita amor, canta amor, llora amor. En nombre del amor, trabajan, sufren toda su vida, se abrazan o se pelean, dan la vida o matan ¿No es acaso la historia humana una impresionante búsqueda de amor, sembrada de maravillosos éxitos y de monstruosos fracasos?

Es cierto que la aspiración más profunda del corazón del hombre es el deseo de amar y ser amado, puesto que, en el pleno sentido de la palabra, su razón “de ser” es el AMOR: ha sido creado por amor, y para el amor y sólo en el amor puede desenvolverse. Pero existen múltiples confusiones sobre el amor, Esta palabra mágica, repetida a troche y moche, encubre formas de vida tan alejadas unas de otras como lo blanco y lo negro, la vida y la muerte. Intentar disipar estas confusiones, definir el amor en su valor absoluto, mostrar sus exigencias, es ayudar a los hombres a colocarse en el auténtico camino del amor.., aunque éste sea tan sólo, al final, un ideal que guía y que nadie alcanza jamás en la tierra de un modo perfecto.

Es terrible el hambre que pasan los hombres; cada año mata millones de seres. Las privaciones de amor son más mortíferas aún; desintegran el mundo y la humanidad.

El hombre con harta frecuencia, no sabe amar; cree amar y no hace sino quererse asi mismo. A  lo largo del camino que lleva el amor, muchos se detienen seducidos por los espejismos del amor:

  • Si te “emocionas hasta las lágrimas” ante un sufrimiento,
  • Si sientes palpitar fuertemente el corazón ante tal o cual persona, esto no es amor sino sensibilidad,
  • Si te “dejaste prender” en su poder pacífico o en su encanto,
  • Si, seducido, “te abandonas”, no es amor sino una rendición.
  • Si, turbado, te extasías ante su belleza y la contemplas para gozar de la misma,
  • Si su espíritu te parece distinguido y buscas el placer de su conversación, no es amor sino admiración.
  • Si quieres a toda costa conseguir una mirada, una caricia, un beso.

 

Amar no es sentirse emocionado por otro,

sentir afecto sensible por otro,

abandonarse a otro,

admirar a otro,

desear a otro,

querer poseer a otro.


Amar, en su esencia, es entregarse a otro y a los otros.

–– Amar no es “sentir”. Si esperas sentirte empujado al amor por la sensibilidad, amarás a pocos, en la tierra... y a buen seguro, no a tus enemigos. Amar no es un paso instintivo sino la decisión consciente de tu voluntad de ir hacia los otros y entregarte a ellos, como lo hizo Cristo Jesús. Amen.