28 de noviembre de 2008

Converso




He aquí el testimonio interesantisimo de un converso: "Era un día lluvioso y gris. El mundo pasaba a mi alrededor a gran velocidad. Cuando de pronto, todo se detuvo. Allí estaba, frente a mí: una niña apenas cubierta con un vestidito todo rotoso que era más agujeros que tela. Allí estaba, con sus cabellitos mojados, y el agua chorreándole por la cara. Allí estaba, tiritando de frío y de hambre. Allí estaba, en medio de un mundo gris y frío, sola y hambrienta.
 Me encolericé y le reclamé a Dios. "¿Cómo es posible Señor, que habiendo tanta gente que vive en la opulencia, permitas que esta niña sufra hambre y frío? ¿Cómo es posible que te quedes ahí tan tranquilo, impávido ante tanta injusticia, sin hacer nada?".
 Luego de un silencio que me pareció interminable, sentí la voz de Dios que me contestaba: "¡Claro que he hecho algo! ¡Te hice a ti!".

Tal vez alguna ocasión te has preguntado lo mismo. Y seguro, que Dios te ha respondido lo mismo. 

23 de noviembre de 2008

Nuestra solución: Que Cristo reine en nuestro corazón.


Es este un botón de muestra de lo que puede suceder en un país -México- donde se destrona a Cristo como Rey, y se ponen en su lugar filosofías masónicas, hedonistas, o simplemente utilitaristas. Pensábamos que el fin del priismo iba a disparar el crecimiento de México, ahora creemos que tal vez el  fin del panismo pueda inyectar luz a  nuestro país. Sin embargo mas que partido o rojo o blanco, hay que pensar que solo la soberanía de Dios sobre cada uno de nosotros puede hacer un mundo mas justo.


19 de noviembre de 2008

20 de noviembre ¿revolución de la VIOLENCIA?

Nuestros jóvenes han sido puntas de lanza para la lucha de cotos de poder. Cotos de poder sin rostro, pero si con violencia como motivacion. 

Cada día mas jovenes son reclutados, explotados y asesinados por fuerzas utilitaristas.  Nuestros jóvenes se han convertido en una mercancía que se compra, se usa, se tira, se elimina, se sustituye con una facilidad fatal.

Ante esta  situación surge una pregunta ¿Quien falló a quien? ¿La patria a los jovenes? o ¿los jovenes a la patria?

¿No será que ahora mas que nunca necesitamos una revolución que nos saque de esta violencia desatada y loca? Ahora mas que nunca necesitamos de la rebeldía santa de los jovenes que no se han conformado con lo tradicional. La violencia se comienza a considerar una tradición en México, como ya lo es  la corrupción y la impunidad.

Dios mio danos fuerza para impulsar una revolución de la violencia que nos lleve a la paz que tu deseaste en la tierra.  Danos el coraje de la guerra, para sembrar la paz en nuestro México. 

18 de noviembre de 2008

¿Qué debemos hacer, ante una falta o un pecado ciertamente cometido?

Nos responde el Santo de la dulzura. Escuchémoslo con atención.

«Uno de los mejores ejercicios que podemos hacer practicando la dulzura, es el que tiene como mira nuestro propio ser, y consiste en no enojamos nunca con nosotros mismos ni con nuestras imper­fecciones; pues aunque la razón pide que si come­temos faltas nos sintamos tristes y contrariados, conviene evitar ser presa de una desazón des­piadada y cruel. Por lo cual caen en grave error los que, estando encolerizados, se lamentan de ha­berse encolerizado, se entristecen de haberse en­tristecido y sienten despecho de haberse despe­chado. De esta forma tienen el corazón amargado y lleno de malestar; y aunque parezca que este senti­miento de cólera neutraliza al anterior, no es así, pues no es más que un tránsito para otro acceso de ella en la primera ocasión que se presente. Ade­más, estos movimientos de cólera, malhumor y de­sazón contra sí mismo, son causa de orgullo y tie­nen su origen en el amor propio, que nos turba e inquieta al vemos tan imperfectos...

Créeme, Filetea, al igual que las reprensiones de un padre, hechas con dulzura y cordialidad, ejercen un poderoso influjo sobre el hijo a quien se quiere corregir, y más que las frases coléricas y airadas, así, cuando nuestro corazón comete alguna falta, si le reprendemos con palabras dulces y razonables, usando más de la compasión que de la pasión, animándole a la enmienda, el arrepenti­miento que concebirá será más eficaz y sincero que si empleamos palabras ásperas y desabridas...

Eleva, pues, dulcemente tu corazón cuando caiga, humillándote delante de Dios mediante el reconocimiento de tu miseria, sin desanimarte por la caída; pues nada tiene de extraño que la debili­dad sea enferma ni que el miserable esté sujeto a la miseria. Detesta con todas tus fuerzas la ofensa que Dios ha recibido de ti y, con gran ánimo y con­fianza en la misericordia divina, vuelve a empren­der el camino de la virtud que habías aban­donado.»


amor NO del BUENO

El amor de Dios es siempre bueno. Es el amor que crea innumerables galaxias,  estrellas, planetas, continentes, personas. El macro y el microcosmos es fruto del Amor Divino,que todo lo hace util y convenviente. Escuchamos en medio de este silencio  de nuestro cosmos un palpitar del corazón de Dios que "todo lo hizo bueno", como dice el Génesis. Pero no todo lo que llamamos amor se le atribuye a Dios, hay un "amor" que se atribuye a una falsificación que sale de nuestro yo, que hace daño, destruye, desanima, paraliza, inquieta, al respecto  el Santo de la dulzura  -San Francisco de Sales- nos dice: «El amor propio es la fuente primaria de nues­tras inquietudes; la otra es la gran estima que ha­cemos de nosotros mismos. ¿Qué quiere decir que cuando nos sorprende alguna imperfección o pecado quedamos desconcertados, turbados e in­quietos? Sin duda alguna es porque pensábamos ser poco menos que impecables, intrépidos, ina­movibles; y, viendo después que en realidad no es así, nos irritamos, nos entristecemos y nos senti­mos abatidos por habernos engañado sobre noso­tros mismos. Si en vez de todo esto supiéramos bien lo que en realidad somos, en lugar de maravi­llamos de vemos caídos en tierra nos maravillaría­mos de cómo podamos mantenernos en pie... Nos enfada tener que reconocer y tocar con la mano nuestra miseria, nuestra nada y nuestra debilidad. Tengamos, pues, gran cuidado en no turbarnos cuando caigamos en alguna falta y no ser dema­siado precipitados en afligirnos sobre nosotros mismos, pues esto es efecto de la soberbia». ¿interesante no?

9 de noviembre de 2008

Lo principal: lo espiritual.



Domingo diferente. Si porque Cristo muestra una actitud poco irradiada con anteriodad, con estos matices.

Para facilitar a los peregrinos las materias de los sacrificios y el cambio de sus monedas, los sacerdotes judíos permitieron instalar puestos de venta y cambio en el recinto del templo. Los abusos que se dieron fueron lamentables: balidos de ovejas, mugidos de bueyes, estiércol de animales…, disputas, regateos, altercados de vendedores… Con esto, el recinto del templo o «atrio de los gentiles» se había transformado en un mercado, en un gran bazar oriental.

Por eso, Cristo, al ver aquel espectáculo, azote en mano, los echó a todos del templo, esparció las monedas y derribó los puestos. El sentido de su actuación es claro: dar al templo la veneración que le corresponde. Purificar de toda profanación el lugar santo de la morada de Dios. Sus discípulos, al verlo actual así, nos dice San Juan, se acordaron de lo que está escrito: «El celo de tu casa me consume» (vers. 17; cfr. Sal 69, 10).

Santo celo que deberíamos imitar, no permitiendo que, hoy día, se profanen nuestras iglesias con vestimentas inadecuadas, voces, ausencia de la debida genuflexión al pasar frente al Santísimo, etc. Celo santo, que nos debería encender, en recuperar todos esos espacios proveídos por Dios, que se han convertido en mercados, donde puntúa lo material mas que lo espiritual, lo accesorio mas que lo principal. ¡Santa purificación hace Cristo¡ ¡Santa purificación necesitamos, para tener vida y vida en abundancia!.