18 de noviembre de 2008

amor NO del BUENO

El amor de Dios es siempre bueno. Es el amor que crea innumerables galaxias,  estrellas, planetas, continentes, personas. El macro y el microcosmos es fruto del Amor Divino,que todo lo hace util y convenviente. Escuchamos en medio de este silencio  de nuestro cosmos un palpitar del corazón de Dios que "todo lo hizo bueno", como dice el Génesis. Pero no todo lo que llamamos amor se le atribuye a Dios, hay un "amor" que se atribuye a una falsificación que sale de nuestro yo, que hace daño, destruye, desanima, paraliza, inquieta, al respecto  el Santo de la dulzura  -San Francisco de Sales- nos dice: «El amor propio es la fuente primaria de nues­tras inquietudes; la otra es la gran estima que ha­cemos de nosotros mismos. ¿Qué quiere decir que cuando nos sorprende alguna imperfección o pecado quedamos desconcertados, turbados e in­quietos? Sin duda alguna es porque pensábamos ser poco menos que impecables, intrépidos, ina­movibles; y, viendo después que en realidad no es así, nos irritamos, nos entristecemos y nos senti­mos abatidos por habernos engañado sobre noso­tros mismos. Si en vez de todo esto supiéramos bien lo que en realidad somos, en lugar de maravi­llamos de vemos caídos en tierra nos maravillaría­mos de cómo podamos mantenernos en pie... Nos enfada tener que reconocer y tocar con la mano nuestra miseria, nuestra nada y nuestra debilidad. Tengamos, pues, gran cuidado en no turbarnos cuando caigamos en alguna falta y no ser dema­siado precipitados en afligirnos sobre nosotros mismos, pues esto es efecto de la soberbia». ¿interesante no?

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