10 de abril de 2010

DOMINGO DE LA M I S E R I C O R D I A .

Muchos son los amigos, famliares y fieles que conozco, que tambalean cuando de misericordia y confianza en Dios se trata. No dudo que tengan buena intención en su búsqueda personal de Dios, pero muchas veces hace falta romper todas las amarras para abandonarnos del todo a la Voluntad santa de Dios, para ellos, unos textos que nos ayuden a reflexionar en este abandono. Son del diario de Santa Faustina Kowalska.

"Oh, si los pecadores conocieran mi Misericordia, no perecerían en tan gran número. Diles a las almas pecadoras que no teman acercarse a Mí; háblales de mi gran Misericordia. La pérdida de cada alma Me hunde en tristeza agobiante. Tú siempre me consuelas cuando rezas por los pecadores. La oración que más me complace es la que se hace por la conversión de los pecadores. Sabrás, hija mía, que esta oración es siempre escuchada y contestada."

"Hija mía, no dejes de proclamarlo. Consuela mi Corazón que se consume de piedad por los pecadores. Di a los sacerdotes que los pecadores más endurecidos serán ablandados por sus palabras, si predican mi Misericordia inagotable. A los sacerdotes que se hagan apóstoles de mi Misericordia diles que daré a sus palabras una fuerza y una unción irresistibles."

"Ningún pecado aunque sea un abismo de abyección, agotará mi Misericordia, pues cuanto más se toma de ella más aumenta."

"Diles que no ceso de esperarles. Estoy escuchando sus corazones para captar el menor latido que sea para Mí."

"Los mayores pecadores podrían convertirse en grandes santos si se fiaran de mi Misericordia. Mi Corazón se desborda de amor para todo el que he creado. Encuentro mis delicias santificando a las almas".

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